jueves, 11 de abril de 2013

La última morada del General Urquiza

La última morada
del Procer General Urquiza
Un día como hoy de 1870 asesinaron en Concepción del Uruguay al hombre que gobernó a la provincia y al país. A 143 años las imágenes de sus restos aún son motivo de investigaciones

11 de abril de 1870, fecha tristemente célebre de un trágico ocaso que dejó a Entre Ríos y a la República Argentina sin una de las figuras más representativas de la política del siglo XIX. El general Urquiza era ultimado en su propia casa y en medio de un contexto familiar. Don Justo ha sido uno de los próceres más fotografiados y retratados, así numerosos daguerrotipos, fotografías y pinturas dan testimonio de ello. Pero la trascendencia de su imagen no quedó subsumida al período, como es normal, de su existencia visible, sino que se trasladó aún después de su muerte. 
El día 12 de abril arribó el cadáver a la casa de su hija, Ana Urquiza de Victorica, luego de que el cortejo fúnebre tuviera que abrir paso a una turba soez de jordanistas que intentaban cortar el paso, si no fuera por la reacción enérgica del general Miguel Galarza.


En la sala de la izquierda fue depositado el cadáver hasta el día 13 que se llevó a efecto el sepelio en el cementerio público, previa las solemnes honras funerarias en el Templo de la Purísima Concepción. A raíz de la presión psicológica de los revolucionarios, las autoridades no obraron con la debida y formal profesionalidad que el momento exigía, es decir, por parte de quienes tenían que incoar el sumario ante el cuerpo del delito y organizar el proceso contra sus autores. Tampoco, y como consecuencia de la misma inacción de la justicia del crimen, fue practicado el examen médico legal con la autopsia necesaria del cadáver en forma oficial o judicial, sino que “oficiosamente” el doctor Esteban del Castillo, médico de Policía, practicó una investigación del cadáver con la cooperación del Dr. Forbes, también médico local, colaborando el escribano Campio Rodríguez.


En esa atípica autopsia realizada fue que se tomó una imagen fotográfica de la faz y tronco del cadáver del general Urquiza, en la cual se pueden apreciar las cinco puñaladas asestadas por Nicomedes Coronel y la herida de bala en el naso-gemena o naso labial izquierdo.


El mismo día, el arquitecto enrique Delor tomó sobre el rostro yacente del prócer la mascarilla en cera, que después moldeó en yeso y la conservó en su poder muchos años. Luego de su fallecimiento su hijo Adolfo Delor se la obsequió el Dr. Luis María Campos Urquiza, quien la donó al Museo Nacional, de la cual se hicieron reproducir en bronce algunos ejemplares, obsequiando uno de ellos al Palacio San José.


Según Wenceslao Gadea, el 13 de abril se efectuó el sepelio con una gran concurrencia, previo los oficio religiosos en el templo parroquial, quedando depositados los restos mortales en el cementerio público, de donde con fecha 25 de agosto de 1872 fueron trasladados a dicho templo, en el pabellón de la nave derecha, inmediato al presbiterio, y en que sobre el muro este se halla el mausoleo.
Un artículo publicado por el periodista Jorge Riani, comenta que el cuerpo del general fue una incógnita que no se develó hasta 1951, año en que por casualidad fue descubierto en una cripta de la Basílica de la Inmaculada Concepción, en Concepción del Uruguay. A tal efecto, se conformó una comisión en torno de la cual hubo historiadores, médicos y hasta un fotógrafo para registrar el momento. Tras 80 años, el misterio sobre el cadáver de Urquiza llegaba a su fin.


En esa oportunidad Riani muestra una fotografía de 1951 que refleja ese momento, donde los especialistas están trabajando con los restos mortales del capitán general.
También comenta: “Al abrir el féretro no hubo dudas, la calavera tenía un perfecto agujero allí donde la bala dio muerte al expresidente constitucional. Las vestimentas estaban casi intactas, y la suela de una de las botas doblada como un rulo llamaba la atención de los testigos. Pero ¿dónde está la imagen de los restos óseos?


Hoy, a 143 años de aquellos luctuosos sucesos mostramos la última imagen del capitán general Justo José de Urquiza, donde aún se puede apreciar la marca de la bala asesina que terminó con su flamígera vida.



FUENTE: Darío Gil Muñoz/ Especial
dgilmunoz@hotmail.com

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